El dirigismo (del francés "dirigisme") es un concepto político-económico usado para designar un sistema en el cual el gobierno ejercita una fuerte influencia directiva en los sectores económicos, generalmente no a través del intervencionismo o de la estatización sino del uso de incentivos para promover prácticas que son de interés público o general.
A pesar de que muchos consideran que tal influencia es, por definición, excesiva (la RAE, por ejemplo, define el término como significando "Tendencia del gobierno o de cualquier autoridad a intervenir de manera abusiva en determinada actividad."), esto no es necesariamente el caso. Igualmente, el concepto ha sido usado para designar una economía centralizada en la cual el gobierno o Estado efectivamente controla los mecanismos de producción y distribución, etc. -es decir, como equivalentes a ciertos sistemas socialistas o colectivistas como en el caso del Estado socialista- o tiene incluso en el presente en Francia (y a través de esta en otros países), donde es usada generalmente para designar un sistema esencialmente intervencionista con participación fuerte del Estado, específicamente con un rol estatal de coordinación. En otras palabras, es un sistema que puede ser considerado como Keynesianismo o Economía social de mercado.
En ese sentido, muchas economías modernas pueden ser caracterizadas como con algún grado de "dirigismo" (ver economía mixta), por ejemplo, el gobierno generalmente subsidia estudios y desarrollos científicos o técnicos o promueve la industria nacional a través de programas fiscales, por ejemplo, producción y compra de material militar, sanitarios, educativos, etc.